Enemigos del descanso

Son muchas las personas con problemas a la hora de dormir. Te enseñamos los principales enemigos del descanso para que modifiques tus hábitos y mejores tus horas de sueño.

Nuestra biología

En cuanto a descanso, la biología femenina juega en contra. “La mujer tiene mayor déficit de serotonia que el hombre. Y esa puede ser la causa que se esconde tras muchos casos de insomnio de fragmentación, de esa gente que se despierta durante la noche y no vuelve a conciliar el sueño”, explica el doctor Hernando Pérez Díaz, coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología.

El consumo de somníferos

Las mujeres somos las grandes usuarias de estos fármacos: un 15,3% de españolas los toman, frente a un 7,6% de hombres. Y, además, pueden empeorar la situación. El insomnio primario hay que tratarlo reeducando a la paciente para que logre dormir. Pero lo típico es tomar medicamentos, que no son inocuos a la larga, porque se trata de relajantes musculares que pueden facilitar reflujo y apneas, factores cómplices para perpetuar el insomnio.

El síndrome de piernas inquietas

Picor, dolor, espasmos... que afecta a las piernas cuando estamos en reposo y que solo mejora con el movimiento. “Esto tiene relación con que el organismo no guarda hierro suficiente. Y no hace falta llegar a la anemia”, explica el especialista. Las moléculas llamadas ferritina miden los depósitos de hierro. Si estamos bajos de ferritina, el cerebro accede mal al hierro periférico y eso lleva a que se genere dopamina, el neurotransmisor que provoca excitación y piernas inquietas. Afecta al 5% de la población, no tiene cura, pero sí un tratamiento muy eficaz.

La apnea del sueño

A partir de la menopausia, el número de mujeres que sufre este problema se dispara. Las apneas son obstrucciones de la vía aérea que se producen mientras dormimos. El grado menor es el ronquido, pero cuando esa obstrucción va más allá, se genera un cierre total o parcial de la vía aérea que provoca una parada respiratoria de 10 segundos hasta 60. “Esto tiene dos consecuencias. Por un lado, el cerebro detecta la falta de oxígeno y reacciona con pequeños despertares que abren la vía aérea pero que fragmentan el sueño. Al día siguiente tendremos problemas de concentración y somnolencia diurna. Por otro lado, la apnea del sueño es uno de los factores de riesgo cerebrovascular y cardiovascular más importantes (incluso más que el tabaco).

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